¡ Voy a tener suerte !
Cuatro céntimos de euro se cruzan en mi camino mientras paseo tranquilamente. Mientras tengo que estar mirando al frente para ver lo que el camino me depara, yo agacho mi cabeza inmerso en mis pensamientos cuando de repente veo un ligero reflejo brillante en el suelo. Invadido por la curiosidad de tal objeto brillante, me acerco con curiosidad y descubro que son dos monedas de dos céntimos de euro cada una. Me agacho, las recojo y las guardo en mi bolsillo con una sonrisa.
Es dinero, pienso, y últimamente es un bien escaso; aunque con cuatro céntimos no se puede hacer mucho, en estos tiempos ya nada se puede comprar con tan poco dinero, pero una buena sensación recorre mi cuerpo y pienso: “hoy, voy a tener suerte!”
Y entre suerte, y los cuatro céntimos, estreno blog.