Vecinos con ideas originales

La verdad es que tengo unos vecinos que no me los merezco. Pero es lo malo que tiene vivir en un primero con patio (vamos, el patio no es comunitario, sino que es una extensión de la terrazza de mi cocina). Y es que los vecinos, son tan graciosos que tiran de todo:

1. Pinzas (vale, eso se te puede caer cuando tiendes)
2. Escupitajos (eso no se cae, ¡un respeto a los vecinos, por favor!)
3. Ceniza (Hace falta fumar asomado al patio para eso, y encima ser fumador irresponsable)
4. Colillas (Generalmente los del punto 3 no se cortan)
5. Chicles (Que no puedes tirar en una papelera, tiene que ser en el patio del vecino)
6. Tornillos (Mucho tiene que pasar para que se caiga un tornillo por la ventana y aterrice en el patio)
7. Lejía (Tengo unas cuerdas para tender en el patio que no puedo usar por los vecinos del 2 al 7)
8. Papel de los mocos (podía decirlo de forma más fina, pero alguien se ha perdido unos cuántos episodios de Barrio Sésamo).
9. Un calcetín quemado (como el de la foto)

El caso es que el calcetín quemado, en algunas culturas puede ser considerado una amenaza de muerte o un reto, y yo no me considero tan mal vecino como para eso… ¿que no limpio el patio demasiado a menudo? ¿Para qué? Si al día siguiente me seguirán tirando cosas?

Yo el calcetín lo considero un duelo para bloguearlo y buscar el dueño que no quiere dar la cara… porque generalmente todos tiran lo que tiran y luego ninguno se asoma para decir: “¡He sido yo!”, por lo tanto vivo en un edificio de cobardes, aunque sobre todo quiero decir… apelando al sentido común, que si vivís en un edificio, con un patio, ¡no tiréis nada! que cualquier día os podéis encontrar colillas, escupitajos, chicles o calcetines quemados en vuestra puerta de casa.