¡Ni los publicistas ni la marca se dan cuenta!

Seguro que habréis visto este anuncio, se trata de una crema de queso, y en él sale una pareja en el jardín picando entre horas unos picos con esta crema de queso (emborronaría el nombre en el vídeo, pero no hay ganas).
Lo que más me llama la atención es la cara que pone la chica cuando lo prueba, supuestamente debería ser cara de: “¡Ay! ¡Qué rico!”, pero ¡no!
Es más cara de (elija una opción, aunque dependiendo del fotograma también se puede elegir):

• ¡Esto sabe a rayos! Pero tengo que disimular
• ¡Dios qué horror! Ya me podrán pagar bien por poner la cara de ¡qué rico! que estoy poniendo.
• ¡Voy a morir de un momento a otro!
• No, si en realidad está bueno, lo que pasa es que casi me caigo del brazo del sofá
• Esta es la toma 42, a ver si esta cara le gusta al dire.
• ¡Corta! ¡Corta! ¡Que tengo que escupir esto ya!
• Poto, voy a potar de un momento a otro, y el que tengo delante no tiene culpa…
• Sí, el que tengo delante tiene la culpa, que mientras estoy probando el queso me está poniendo caras…
• ¡La que me ha caído! Y me han pagado el anuncio con 100 botes de esto, ¡sabe a vómito!

Bueno, juzgad vosotros mismos, paradlo en el segundo 4:

Yo no lo he probado, pero la cara de la chica no tiene precio… lo realmente interesante es que siguen poniendo el anuncio después de varios años viendo la misma cara de asco, y es que sea la gama que sea, ponen la misma cara, no tiene precio.