PODCAST: Correos y sus repartidores vagos.

Post_moto_Madrid
En ocasiones hago pedidos a Amazon, y con el objetivo de ahorrarme los gastos de envío, termino pidiendo clavijas, enchufes o alguna cosa que vea barata. De esas cosas que suelen hacer falta en una casa un domingo por la mañana y nunca tienes a mano. Y, como es costumbre, cada cosa viene en un paquete. Un día, encontré el típico papel de aviso de ausencia (este que te dice que no te encontrabas en tu domicilio cuando ha venido el cartero), aunque había un problema. Sí que estaba en casa.

Como vemos, he empezado una nueva sección, en formato podcast, donde iré mezclando algunos contenidos de vídeo y hablaré sobre temas que me interesan, o me preocupan, vamos lo típico. Os dejo el vídeo aquí abajo, aunque tenéis la transcripción en el post, casi casi casi exacta…

Fue uno de esos días, en los que bajas a los buzones y los miras justo cuando el cartero acaba de pasar. Hay que ver que casi todos los días llaman a mi puerta, es más siempre pienso que el cartero sólo me llama a mí entre todos los vecinos del edificio, aunque por otro lado, siempre suelo estar en casa y lo sabe. Pero ese día no llamó, así que cuando abrí el buzón y vi el típico aviso de ausencia, lo saqué del buzón, fui corriendo a por mi DNI (no es la primera vez que lo hago, y el cartero me lo ha pedido alguna vez), y voy corriendo en busca del cartero en los edificios cercanos, porque seguro que no ha ido muy lejos.

De repente, veo su moto camuflada entre dos camiones y me detengo, porque seguro que está entregando algún certificado, así que no me muevo demasiado. Mientras, reviso el aviso que me ha dejado y tiene una nota a boli: “No cabe en el buzón”. Lo cual me extraña. Al ser un paquete de Amazon que viene de otro país, el servicio que utilizan para enviarlo es lo más barato del mundo, y no pagan lo suficiente como para que el cartero se digne a subirte el paquete a tu casa. Lo entiendo, alguna vez han llamado a mi casa y me han pedido que baje a recogerlo, y no me importa.

De repente, veo a un chaval vestido de amarillo que se acerca a la moto sonriente, con aire victorioso por un trabajo bien hecho y con muchas ganas de irse a comer, porque ya eran cerca de las 2 de la tarde. Le paro y le pregunto por la carta, porque si no cabe en el buzón, se va a pasar el día paseando el bulto de un lado para otro. Le enseño el aviso que me ha dejado y me dice: “Si no cabe en el buzón, directamente llevamos el aviso. Pase a recogerlo a partir de mañana”.
– ¿Mañana? – Respondo.
– Sí – y me señala el punto del papel donde lo pone.
Me di cuenta que discutir en ese momento sería en vano y volví indignado a casa.

Unos días más tarde, ya en sábado, me dispongo a ir a la sucursal de Correos donde tienen mi paquete. Esta sucursal pilla justo a 2Km de casa, no es mucho, pero no hay autobús que te lleve. Así que me voy a un puesto de bicicletas de los que hay por la ciudad, cojo una bicicleta que más o menos veo que no se va a romper por el camino y emprendo un viaje luchando contra las adversidades e inclemencias del tiempo. Bueno, seamos sinceros, hacía buen día, un poco de aire, nada preocupante. Llego a la sucursal y recojo el paquete. Vuelvo a preguntar por qué no me lo trajeron a casa, y recibo la misma respuesta que me dio el cartero. El paquete era muy grande y no cabía en el buzón. Miro el paquete y no lo veo excesivamente grande, así que al insistir, me dice que si el cartero ve que lleva muchas cosas en la moto, estos paquetes los deja. Así que, yo me pongo a pensar en hacer este podcast.

Mientras volvía a casa, ya que este tipo de trayectos sirven para pensar, pienso en el aviso que me dejaron en el buzón. En dicho aviso dicen que te puedes pasar a partir del día siguiente. La primera vez que me dejaron un aviso similar, cuando pregunté me dijeron que el día de entrega el cartero lo lleva en su moto, o en la camioneta, así que hay que esperar al final del día cuando vuelve a la central y deja todos los bultos no entregados. Lo entiendo. Pero, si el bulto no se lo ha llevado porque no ha querido, ¿por qué tengo que esperar al día siguiente?

Llego a casa y miro el buzón. Es un acto reflejo, siempre que paso por ahí lo abro para ver si hay algo, aunque sea domingo por la noche y haya salido a tirar la basura. Así que, miro el paquete y digo. ¿Cabrá en el buzón? Y lo grabé en vídeo. Aquí tenéis la prueba. El paquete cabía perfectamente en el buzón, a ver, no es una carta, entra un poco justo, pero no hay que forzar. ¿Quién decide si algo cabe o no cabe en el buzón? Bueno, ya sé que esa no es la pregunta correcta.

Soy una persona a la que le gusta que le hablen con sinceridad. Es más, suelo tomarme peor las cosas cuando alguien me viene con rodeos y excusas baratas que cuando viene y me dice: “porque no me da la gana/no me apetece/he tenido un mal día”. Así que, el hecho de que me echen en el buzón un aviso de AUSENCIA, cuando en realidad no estoy ausente y escriban “No cabe en el buzón”, cuando en realidad cabe; merma mi confianza en una empresa como Correos, que últimamente creo que se está metiendo en demasiadas cosas. Veo que tienen tiendas, productos financieros, mil tipos de envíos, recepciones y tarjetas. Deberían centrarse en hacer bien el trabajo para el que fueron creados: “llevar cosas de un punto A a un punto B”. Y si vemos que el cartero no tiene un buen día, no le apetece, va muy cargado o le caigo mal, que me deje un papel en el que diga: “No me ha dado la gana traértelo, ven y lo recoges”.

Muchas gracias por aguantar escuchando hasta aquí. Y, por favor, dejadme en los comentarios vuestras anécdotas con empresas de transporte, ya sea Correos, SEUR, ASM o cualquier otra. ¡Muy buenas tardes a todos!

Foto principal: Dickelbers

You may also like...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *