Sobre desarrolladores y usuarios (I): “Me da error”
Se dice por ahí que los informáticos somos de una especie extraña, sin sentimientos, e incluso que muchas veces nos creemos superiores que los que no son informáticos.
Por eso me he decidido a empezar una serie de posts del estilo Informáticos VS humans, porque aunque nuestro pensamiento sea en binario (o hexadecimal) a veces volvemos al mundo de base 10.
Empezaremos con una pequeña anécdota recurrente cuando un desarrollador entrega una aplicación en la que ha depositado todo el cariño, el esfuerzo y el tiempo, y vemos a un usuario cual bestia devora-software con la mirada iluminada y con ganas de romper tu programa en 5 minutos (cosa muy probable), a lo que, pasados los cinco minutos de rigor, y ante nuestra mirada temblorosa como si de un rodeo se tratase, se produce una conversación muy parecida a la siguiente:
– oye, que tu aplicación me da error-
– ¿ qué estabas haciendo? – le pregunta el informático.
– nada – le dice el usuario.
Vamos a ver, antes de darte la aplicación he probado mil cosas, y es verdad que “nada” no es una de las cosas que probé, pero si no haces nada, ¡el programa no casca! Bueno, tal vez sea verdad que no has hecho nada, aunque nada siempre es algo…
(después de una conversación que nos hace perder el tiempo a los dos porque el usuario no es específico, y tal vez yo me desespero pronto y luego no sé hacer las preguntas adecuadas, el usuario le termina diciendo lo que estaba haciendo).
Y el informático pregunta:
– ¿ qué error te da ? –
– no lo sé, me salió la ventana y la cerré sin mirar – termina diciendo el usuario.
A todo esto, me quedo con cara de tonto, y sin saber dónde meterme. ¡ El programa puede generar cientos de errores diferentes! Todo puede fallar, desde quedarte sin disco duro, sin memoria, sin conexión, que no pueda identificar un formato de archivo, que otro programa esté tocando tu base de datos, que el dato que has pedido no exista, vamos que lo importante no es que dé error, sino el mensaje de error que me ayudará a determinar qué ha pasado (y ya veremos si es fallo mío, no lo descarto, pero tampoco me claves una flecha en la autoestima tan rápido).
En fin, al final se traduce en una pérdida de tiempo para que al final sea una tontería, bueno, otras veces no es una tontería pero todos tardaríamos menos si desde el principio dijéramos qué error se ha producido y qué estábamos haciendo cuando se produjo, de la manera más exacta posible.
También es cierto que a un usuario de a pie, no le interesa saber qué ha fallado, la información útil que su cerebro interpreta es que ha fallado, es un reflejo, algo que viene en el ADN, y hace que las personas no dejen de repetir las mismas acciones esperando resultados diferentes.