El efecto mariposa

Todos estamos conectadosTodo está conectado. Incluso mucho antes de la aparición de Internet. Llamémosles casualidades o serendipias que han ido repitiéndose durante toda la historia. Pequeños hechos aislados que vistos en su conjunto tienen una relación muy estrecha. Como lo sucedido tras el fallecimiento de un implacable señor feudal. Lavaron su cuerpo concienzudamente con vino, y, por descuido, con alguna otra bebida de alta graduación; taparon sus orificios y le vistieron con sus ropas más lujosas para finalmente enterrarlo junto con un broche de una aleación desconocida en la época. Muchos años más tarde el alcohol reaccionó con el metal del broche filtrándose a aguas subterráneas estancadas que daban a un pozo del que nadie había bebido en mucho tiempo. Esta sucesión concluyó con una grave enfermedad de unos vándalos que iban a asaltar a los ya bisnietos de su atemorizado pueblo.

Este fragmento pertenece a una de esas historias que entran en mi cabeza un momento y necesitan ser plasmadas para salir de ella. Estoy repartiéndola en varios posts de este blog porque me ha salido demasiado larga. Los capítulos no están por orden cronológico. Por ahora puedes leer:

  1. Un Universo creado de la nada
  2. Cómo su vida se desvaneció en mis manos
  3. Un día normal en el 2040
  4. Miedos irracionales y universos paralelos (primera parte)
  5. Miedos irracionales y universos paralelos (segunda parte)
  6. Automóviles eléctricos y un empresario de mal genio
  7. Imperecedero
  8. El chip subdérmico
  9. Bucarest – Ginebra – Madrid – Sevilla
  10. Oopart
  11. Reflexiones desde el calabozo
  12. Inteligencia simulada

¿Es el mundo tan bello como este? ¿O es que el simple hecho de tener que estar conectado y saber que no es real es lo que lo hace a su vez tan perfecto, inquietante, sorprendente? Tanto que podría pasar días completos inmerso en una simulación, observando y estudiando cada mínimo detalle, incluso considerar que esto es tan cierto como mi propia vida. Aunque en la historia contemporánea ha habido multitud de estudios en los que se ha demostrado que no vivimos en una simulación, ¿qué resultado darían esos estudios si fuesen realizados en un universo que es en sí una simulación?

Desde hace años me he limitado a ser un mero observador de todo lo que transcurre en este mundo. Me he enamorado de este planeta, de sus habitantes y de su forma de vida. Tal vez por ser tan parecida a la del mundo en el que vivo. He visitado otros planetas, es cierto, he encontrado sobre todo desierto, y algunas formas de vida que incluso empezaban a demostrar signos de inteligencia. Pero este planeta es el único que se ha mantenido en la mayor parte de las simulaciones hasta la fecha. Pero aunque me limito a observar, en el fondo sí que estoy ejerciendo un poder de manipulación sobre este mundo. A cada instante que pasa, pueden suceder 256 consecuencias diferentes que se mantienen en memoria durante un corto periodo de tiempo y si los acontecimientos no van avanzando como yo quiero, siempre puedo volver atrás y elegir alguna de las posibilidades restantes.

Es emocionante ver cómo un conjunto de componentes electrónicos, un conjunto enorme alrededor del mundo, una máquina al fin y al cabo, que carece de sentimientos y que ni tan siquiera sabe qué son, por qué se producen o qué los genera, ha creado miles de millones de seres independientes que sí los tienen, incluso se los cuestionan. ¿Juego a ser Dios? He visto gente morir de las más horribles maneras y he dejado vivir a gente que no se lo merecía para moldear este mundo. No pretendo que el mundo sea justo, solo quiero que se parezca lo más posible al mundo en el que vivo. Soy consciente de que todos los seres vivos que contemplo a diario son producto de un programa informático.

Al principio, un algoritmo me ayudaba en la labor de que los sucesos más importantes ocurrieran tal y como han ocurrido en el mundo, al menos, como ha sido descrito por historiadores o cronistas tras un análisis de varias fuentes bibliográficas. Es muy curioso cómo, a lo largo de los años y más aún desde que existe la escritura, se han narrado los hechos históricos desde la más descarada parcialidad. Los seres humanos exageramos y relatamos las cosas más que como las vemos, como las hemos querido ver; buscamos culpables en lugar de soluciones, y nos resulta mucho más fácil hablar mal de alguien que alabar sus cosas buenas. Un claro ejemplo de esto es la historia del gran incendio de Roma y la implicación del emperador Nerón en el mismo. Tras repasar cientos de miles de realidades en las que sí tenía algo que ver, las simulaciones en las que la historia puede llegar intacta hasta al menos la década de los sesenta del siglo XX, son aquellas en las que fue un incendio accidental. Es curioso cómo un evento de esta índole pudo cambiar el curso de la historia hasta la actualidad. Aún se escuchan canciones o se escriben historias que efectivamente culpan a Nerón. No le estoy juzgando como persona, seguramente no es alguien que me cayera bien. Mandó castrar a Esporo, un joven liberto con el que se casó. Esporo se parecía físicamente a Popea Sabina, difunta esposa de Nerón y eso llamó tanto la atención del emperador que quiso preservar la belleza y juventud de Esporo, o cambiarle de sexo, incluso se casó con él.
Efectivamente en la Antigua Roma, este tipo de decisiones no se pensaban demasiado. Los emperadores creían que era el orden natural de las cosas y lo que debían hacer, tenían poder para ello y pocos, muy pocos se atrevían a cuestionarlos y entre esos valientes que lograban alzar su voz, no he visto ninguno que no tuviera consecuencias nefastas.

De hecho, fue aquel ataque a Esporo, y su posterior suicidio que encontré por casualidad en uno de mis paseos por las simulaciones, lo que despertó en mí la necesidad de ver en primer plano y de tomar personalmente las decisiones de qué universo continúa la simulación y qué universo se desecha. Al principio pensaba que estas atrocidades eran responsabilidad mía, yo las estaba permitiendo en cierto modo. ¿Existirá un ser superior que, con el mundo en sus manos, decida objetivamente quién vive y quién muere? ¿Que haya firmado la sentencia de muerte de miles de seres humanos antes incluso de su nacimiento? Ahora mismo yo elijo si algo sale bien, algo sale mal, quién vive y quién muere. He visto guerras, y he visto al hombre acabar con sus semejantes. He contemplado la más cruda de las envidias, y personas capaces de hacer lo que todo el mundo les creía incapaces por tener más dinero, más poder, o simplemente para que no lo consiguiera otro.

He conocido a Joe Elwell, escritor, con mucha labia y jugador de bridge. Era una persona fascinada por el bridge desde que lo conoció, tanto que este juego lo hizo tremendamente rico. No tenía mucho aprecio. Mujeriego donde los haya, aunque capaz de convencer con su carisma hasta al más escéptico. Finalmente murió asesinado en un crimen que no se ha resuelto, en su casa, en Nueva York, en 1920. Había sangre por todos lados, a Elwell le habían pegado un tiro en la frente a no demasiada distancia. La bala había sido delicadamente colocada encima de una mesa junto al cadáver y la puerta de la habitación había sido cerrada desde dentro. Nadie se había percatado de la entrada o salida de ninguna persona alrededor de la hora de su muerte. Y eso, contando con que a la gente le gustaba mucho el cotilleo. Según la simulación obtenida en este universo, que no tiene por qué ser lo que pasó en realidad, una mujer, Annette Dumont, una inmigrante francesa que quería abrirse paso y conquistar el sueño americano, se había escondido tras un espejo de la habitación. Cuando su ama de llaves entró en la casa y encontró el cuerpo salió corriendo despavorida, en shock, casi no se le entendía al hablar y tropezó varias veces hasta salir de casa de Joe alertando a los demás vecinos. Annette aprovechó ese momento con la puerta abierta para salir de aquella habitación y aprovechar un momento en el que se reuniera una multitud alarmada en aquel lugar para salir tranquilamente de la escena. Yo pude seguir a aquella mujer, no era muy alta, tenía los ojos azules y la nariz prominente. Caminaba con mucha seguridad en sí misma, y a unas manzanas de aquella casa cogió un autobús. Tras seguirla durante el día entero deambulando por la ciudad, cuando se hizo de noche se dirigió a un callejón y un mendigo le dio una caja. Esa caja contenía una gran suma de dinero, que por otro lado, en otras bifurcaciones de aquel presente se llevaba el mendigo. Tras investigar un poco y ver la simulación desde otro punto de vista, descubrí que ese dinero provenía de la mujer de Joe, Helen Derby, en un momento en el que ambos se encontraban en proceso de divorcio.

Este crimen ha sido muy versionado en la literatura e inspiró la creación de personajes como Sherlock Holmes o Hércules Poirot y las tramas en las que se ven envueltos. Y, tal vez, si este asesinato se hubiese resuelto, mis abuelos, no se hubieran conocido ni enamorado y, al menos, esta versión de mí nunca habría existido.

España en los años cuarenta acababa de terminar la guerra civil. Contienda en la que mi bisabuelo perdió la mayor parte de su fortuna, aunque aún conservaba algo de influencia para impedir que mi abuelo, el mayor de sus hijos, que no llegaba a los veinte años fuera a combatir. En las versiones del mundo en las que España no entró en la Segunda Guerra Mundial y el país vivía en una dictadura tras haber sufrido una cruenta guerra civil, mi bisabuelo se encontró sin trabajo y sin muchas posibilidades de dar de comer a su familia tras la contienda. Llegó a sus oídos la posibilidad de trabajar en las minas de Wolframio, en concreto, se mudaron de Madrid a Ponferrada, en la provincia de León, donde los primeros meses pudo hacer un buen dinero hasta que la explotación cambió de manos y empezaron a ser explotados cobrando prácticamente limosnas. Para entonces, mi bisabuelo había ahorrado algo de dinero para empezar un nuevo negocio desde cero, de nuevo en Madrid. En lo que respecta a mi abuelo, durante esos meses hizo muchos amigos, con los que escapaban algunas noches a la casa del hijo de un alto cargo franquista, intocable en aquella época, con una biblioteca enorme a su disposición donde se aficionó a los misteriosos asesinatos de Agatha Christie, inmersión literaria donde conoció a mi abuela Olalla. Ambos durante un tiempo se escribieron cartas desarrollando un sistema esteganográfico muy sofisticado para codificar el contenido real de sus cartas dentro de las propias cartas o incluso enviarse varios mensajes en un único texto. Lo que, gracias a una fascinación mutua por las matemáticas terminó uniéndolos aún más. Historia que, a grandes rasgos concuerda con todo lo que me han contado y he podido conocer de ellos.

Me resultó extraño estar presente en aquella historia, y aún más extraño el influir en todas aquellas circunstancias que propiciaron su encuentro, que ella no llegara cinco minutos antes a la sala de lectura y pillara a mi abuelo con otro tipo de material gráfico que hubiera causado una mala primera impresión; que ninguno de los dos perdiera el interés al separarse de nuevo; que el dueño de la casa no estuviera demasiado bebido como para impedir que pasaran la primera noche conversando; que en ninguna de las muchas inspecciones en sus cartas descubrieran algunos de los mensajes que se intercambiaran… Han sido muchas circunstancias hasta ver el nacimiento de mis padres. En el caso de mi madre, la matrona, llamada Agripina hizo un buen trabajo para que no tuviera problemas al nacer. Tomándose molestias que no cualquier persona hubiera tomado. ¿Esta persona habría tenido el mismo nombre si la historia de Nerón hubiera sido diferente? ¿Los sucesos en su vida hubieran sucedido de la misma forma? Cambiar el nombre de una persona pueden suponer un cambio enorme en el transcurso de su vida. Solo el tiempo en pronunciarlo puede ser determinante en muchos acontecimientos; un nombre puede ser determinante para la primera impresión de muchas personas, un diminutivo desafortunado puede causar muchos problemas o muchas alegrías.

Ha sido muy costoso llegar hasta el 1969 en la simulación. Y no puedo decir a ciencia cierta si el universo que estoy simulando ahora mismo, es mi Universo. A pesar de llevar años con él y comprobar que muchos de los eventos principales que han sucedido en esta historia coinciden con la historia contemporánea actual, no podemos saber si un evento ocurrido hace doscientos años haya podido influir este presente y veamos sus consecuencias en un futuro de la simulación o del mundo real. En este caso, las consecuencias de la bifurcación de los dos mundos puede que no se noten todavía.

Durante años han surgido millones de universos, millones de mundos en los que al principio no influía y que, luego intenté intervenir de diversas maneras de acuerdo a algoritmos sencillos, pero mi idea inicial era estudiar nuestro presente y decidí plasmar todos mis esfuerzos y centrarme en ello. Existen personajes históricos que, al estudiarlos, siempre te hubiera gustado conocerlos. Pero, al conocerlos de verdad, como personas, dejan mucho que desear. Personas sobre las que te planteas seriamente la admiración que sientes por ellos. Aunque finalmente terminas admirando su obra, lo que han conseguido en su vida o las personas en las que han influido, pero no cómo eran como persona. Puede que sean épocas diferentes o que yo haya contemplado ya demasiadas vidas con todas sus variantes.

¿Continuar leyendo?

Para seguir la historia, la siguiente parte se publicará el día 2 de Julio. Estate atento al blog y las redes sociales para seguir la historia. Espero que te guste.

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Foto principal:unsplash-logoBen Hershey

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